Coincidiendo con el periodo en el que nos encontramos, donde las vacaciones han terminado para la gran mayoría y tenemos que volver a nuestra rutina diaria de trabajo, quiero hablaros sobre el síndrome postvacacional, que según diversos estudios afecta, aproximadamente, a un 30% de la población.

¿Qué es el síndrome post vacacional del que seguro que habéis escuchado hablar?

El síndrome o depresión postvacacional es un fenómeno psicológico pasajero en el cual la persona que lo padece tiene una serie de síntomas al reincorporarse a su trabajo y retomar su rutina tras las vacaciones o situaciones de ocio.

Los principales síntomas que pueden parecer son los siguientes: cansancio generalizado y fatiga, falta de motivación en el trabajo (cuando antes de las vacaciones si la había), alteraciones del sueño (insomnio o hipersomnia), alteraciones del apetito, sentimiento de tristeza e irritabilidad antes situaciones que antes de las vacaciones se gestionaba sin dificultad y desesperanza ante la rutina diaria de trabajo.

Otros de los síntomas que pueden a aparecer a nivel psicológico es el de recordar intensamente, durante buena parte del tiempo, lo ocurrido durante las vacaciones o incluso fantasear acerca de situaciones de ocio que todavía no han llegado. También, ligado a la emoción de desesperanza, puede aparecer la creencia de que “nada de lo que ocurra en el futuro hará mejorar la situación” y entonces puede surgir la sensación de que “todo se nos hace una bola”.

Por lo general, el síndrome postvacacional suele durar entre 2 a 3 días hasta un máximo de 3 semanas hasta que la persona se vuelve adaptar a su nueva realidad.

Es importantísimo decir que este síndrome no ocurre ni tiene porque ocurrir en todas las personas y si ocurre, la mayoría de las personas se adaptan tras varios días, ya que es algo normal que tras un periodo de ocio cueste un poco tener que adaptarnos de nuevo a la rutina diaria. También es importante señalar que no todas las personas presentan todos los síntomas descritos ni lo viven de la misma manera, ya que cada persona y sus circunstancias son diferentes.  Además, el hecho de que una persona lo haya experimentado, no significa que le vaya a surgir de manera recurrente.

Pautas para gestionar el síndrome post-vacacional

Estas son algunas pautas para poder gestionarlo mejor, que los síntomas sean menos intensos y que tanto su frecuencia como duración se reduzca, facilitándonos la adaptación tras la vuelta a la rutina diaria:

  • Intentar regresar unos días antes al lugar de residencia habitual: Apurar los últimos días de vacaciones en nuestro lugar de destino puede dificultar la vuelta a la normalidad, al no haber unos días de transición donde poder descansar y retomar levemente la vuelta al trabajo. Incluso, en periodos de vacaciones podemos sentir cómo los últimos días no se disfrutan igual, empezando a anticipar los síntomas ante el pensamiento de la terrible vuelta que nos espera.
  • Intentar normalizar el horario de manera progresiva: Es aconsejable regular el horario de la futura e inminente rutina unos días antes de volver a incorporarse para que el organismo se vaya adaptando, incluyendo los horarios de comida, de sueño etc.
  • Intentar planificar tiempo de descanso y ocio: Esto te ayudará a no sentirte tan cansado y a aumentar tu motivación y estado de ánimo.
  • Intentar cuidar al máximo la alimentación y sueño. Es importante que prepares tus comidas con normalidad y dediques un tiempo a ello, igualmente es necesario que intentes dormir y descansar las horas habituales en ti.
  • Intentar moderar el consumo de alcohol y cafeína: El alcohol es un depresor del sistema nervioso central que puede agravar los síntomas provocados por el síndrome postvacacional. El café y las bebidas con cafeína, por su parte, agudizan los síntomas de estrés.
  • Intentar realizar deporte. El practicar ejercicio físico nos ayudar a liberar endorfinas, que son las responsables de hacernos sentir bienestar y calma y ayudar a combatir este síndrome.
  • Intentar clasificar y separar lo urgente y prioritario de lo que no lo es: Organizar las tareas de la vuelta al trabajo te ayudara a ser productivo, al tiempo que te permitirá descansar, evitando sentirte saturado y más cansado.
  • Y por último, intentar quedarte con algo bueno o agradable que haya pasado en el día en tu trabajo, ya que el fijarte únicamente en los fallos, errores o eventos negativos facilitará que te veas atrapado o atrapada en esa espiral negativa.

Como conclusión, es importante mencionar que este síndrome no es algo patológico ni que requiera una terapia psicológica o medicación ya que, tras varios días de vuelta a la rutina, el organismo se adapta al día a día con normalidad.

No obstante, si estos síntomas no remiten en varias semanas o incluso varios meses, es importante indagar qué hay detrás para enfrentar el problema y evitar que persista, pues un síndrome post-vacacional que se alarga más allá de lo habitual puede enmascarar algún problema de ansiedad, del estado del ánimo o incluso problemas en el trabajo o de otra índole que están siendo canalizados de esta manera.

Gema Chaparro
Psicóloga sanitaria, Clínico EMDR y Directora de Vitamorfosis Psicología

  

 Bibliografía

Díaz Bretones, F. J. (2017). Afrontando el síndrome post-vacacional.
Bajatierra, L. (2006). Síndrome postvacacional. El reencuentro con la realidad. Cambio 16, (1815), 44-45.