En este nuevo artículo de mi blog El Espacio Celeste, voy a hablar sobre los cuatro estilos de comunicación que existen. Dada la importancia que tiene la comunicación y su influencia directa tanto en nuestras interacciones diarias como en los vínculos que generamos, es importante conocer dichos estilos e identificarlos, para detectar aquellas veces que podemos adaptar nuestro modelo a uno más sano. Los cuatro estilos de comunicación son:

  1. Estilo agresivo. Este estilo de comunicación se caracteriza por la expresión de opiniones, necesidades y deseos sin tener en cuenta los sentimientos y necesidades de los otros, es decir, la imposición del criterio propio por encima del criterio de los demás.

Las personas con un estilo agresivo defienden sus derechos de forma muy brusca y/o violenta agrediendo a los demás física y/o emocionalmente, peleando, amenazando, acusando, intimidando, culpando, estando “a la defensiva”, interrumpiendo a su interlocutor y no escuchándolo, entre otras conductas. Las personas que utilizan el estilo agresivo normalmente suelen dominar a los demás y sentirse frustradas y/o superiores.

Es un estilo que genera daño a las personas y a los vínculos, provocando que éstos se resientan y lleguen a romperse.

 

  1. Estilo pasivo. El estilo pasivo se caracteriza por la evitación de la confrontación y el conflicto, no expresando sentimientos ni necesidades propias.

Las personas que utilizan el estilo pasivo evitan a toda costa la confrontación por el miedo que tienen al abandono y al rechazo e intentan agradar a los demás, anteponiendo a los demás y cediendo la gran mayoría de las veces, aunque no estén de acuerdo o eso conlleve no defender sus derechos.

Estas personas, debido a que no expresan y acumulan problemas no resueltos, sienten gran ansiedad, impotencia e incluso resentimiento en su día a día y en sus relaciones personales.

Aunque este estilo pueda evitar conflictos inmediatos y a corto plazo, genera un efecto contraproducente a largo plazo, al existir conflictos latentes y no resueltos, además de provocar mucho malestar emocional al ver que las necesidades no son atendidas ni conocidas. Además, los demás pueden aprovecharse de forma consciente o inconsciente de las personas que utilizan este tipo de comunicación.

  1. Pasivo-agresivo: El estilo pasivo-agresivo es otro estilo de comunicación poco saludable que se caracteriza por la mezcla de los dos estilos descritos anteriormente. Las personas que utilizan este estilo de comunicación pueden parecer pasivas, pero debajo de esta apariencia “pasiva” esconden mensajes agresivos utilizando a menudo el sarcasmo, la comunicación indirecta o la tendencia a ignorar a los demás, entre otras muchas.

Cuando algo les molesta, también suelen disimular y quedarse callad@s, pese a estar sintiendo mucha rabia y frustración que no son capaces de expresar de forma sana por miedo a que los demás se enfaden con ell@s y puedan ser abandonados. Sin embargo, esa rabia interna y contenida termina manifestándose a través de otros medios como acabamos de ver.

Otra estrategia que utilizan es la “resistencia pasiva”. En estos casos, si las personas con este estilo de comunicación no quieren realizar algo, no se oponen abiertamente ni expresan su negativa directamente pero cuando llega el momento, ponen excusas, lo evaden o retrasan y nunca llegar a realizarlo, llegando a veces a tener sobrerreacciones, explotar y sacar esa rabia que tienen dentro.

Aunque este estilo no es fácil de detectar en un primer momento, las personas cercanas del entorno y vínculos estrechos se van dando cuenta de sus acciones, pudiendo terminar por alejarse debido al daño y la inseguridad que el empleo de este estilo de comunicación provoca en los demás.

 

  1. Estilo asertivo. El último estilo de comunicación que voy a presentar es el único saludable tanto para un@ mism@ como para los demás. El estilo asertivo consiste en expresar y defender los sentimientos, deseos, y necesidades propios sin miedo al rechazo, al abandono ni al juicio externo, pero sin dañar tampoco a los demás y teniéndoles en cuenta.

Las personas que utilizan la asertividad expresan sus emociones y necesidades de manera clara, directa y respetuosa. Si no quieren hacer algo, son capaces de manifestarlo, poner límites a los demás y decir “no” evitando el ataque verbal, los reproches, los enjuiciamientos y los estallidos de rabia, utilizando la empatía, la escucha activa, la validación de las emociones propias y de los demás,  respetando los límites y derechos del resto sin dejar que los demás invadan o trasgredan los suyos propios.

Como acabamos de ver, este estilo de comunicación es el saludable de los cuatro existentes y las personas que lo utilizan suelen tener relaciones más sanas, sintiéndose más respetados y satisfechos con ell@s mism@s al ver sus necesidades atendidas.

Como hemos visto, es imprescindible identificar que estilo dominante tenemos a la hora de comunicarnos para que, en caso de que empleemos un estilo de comunicación poco saludable, podamos trabajar en él y en su lugar utilicemos la asertividad en nuestras relaciones para no dañar a los demás ni nosotros mismos.

 

También es importante analizar de donde viene nuestro estilo de comunicación ya que, en ocasiones, puede ser resultado de alguna herida en la infancia, de las que hablé en otro artículo publicado en mi blog y al que se puede acceder pulsando en este enlace.

 

Finalmente, es importante destacar que aunque llevemos muchos años empleando un estilo poco saludable, mediante el trabajo en terapia se puede transformar en uno más sano, logrando así fortalecer nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.

 

«Mira con los ojos de otro, escucha con los ojos de otro y siente con el corazón de otro». Alfred Adler

Gema Chaparro
Psicóloga sanitaria experta en trauma, Clínico EMDR y Directora del centro Vitamorfosis Psicología

 

Bibliografía

Ceballos, J. C. M., & Arocena, F. A. L. (2006). Estilos de comunicación en el conflicto y confianza en las propias decisiones. Enseñanza e investigación en psicología11(2), 347-358.

Castanyer, O. (1996). La asertividad. Expresión de una sana autoestima. Bilbao: Descleé de Brouwer.