Vitamorfosis Psicología
Tu centro de psicología en Illescas
«…y cuando la oruga creyó que era su final, se convirtió en mariposa…»
Terapias presenciales y Online
Psicoterapia de adultos
Existen situaciones, tanto presentes como pasadas, que nos generan malestar y otras emociones complicadas de manejar. Cuando esto ocurre, es recomendable solicitar el apoyo de un profesional que nos proporcione el soporte y las estrategias necesarias con las que afrontar y superar con éxito esos obstáculos.
Terapia EMDR y trauma
La Terapia EMDR está especialmente indicada para la resolución de vivencias y episodios traumáticos, vividos tanto en la etapa adulta como en la misma infancia.
Terapia infantil y juvenil
Los problemas en el núcleo familiar o en el ámbito escolar, así como la dificultad para gestionar emociones, o la gestión de un trastorno de aprendizaje u otro tipo de trastorno infantil, pueden ser situaciones muy estresantes y frustrantes para los menores. La vivencia de estas experiencias será crucial a la hora de definir su identidad y su bienestar personal.
Terapia de pareja
Es una ocasión para escucharse, comprenderse, redescubrirse y experimentar el punto de vista del otro. Un espacio donde reconectar y transformar el «yo» y el «tú» en un “nosotros”, evitando las culpas individuales en búsqueda de una solución conjunta.
Terapia sexual
Los expertos en sexología no solo nos centramos en el tratamiento de los problemas sexuales, si no que también realizamos otras tareas, tales como educación, información y orientación sexual. Nuestro trabajo también incluye el fomento de los derechos sexuales y reproductivos.
Terapia Online
Gracias a la integración de internet en nuestra vida cotidiana y los usos y herramientas que nos proporciona, contamos con amplias ventajas que nos facilitan la manera de comunicarnos, para así lograr una mejor conciliación personal, calidad de vida y una optimización de nuestro tiempo.
Nuestro centro en Illescas
Dudas frecuentes
¿Cuándo recurrir a un profesional?
Cuando no nos sentimos bien y hemos perdido la capacidad de disfrutar de aquello que nos rodea, no entendemos qué es lo que nos ocurre o vemos claramente la causa de nuestras dificultades pero no sabemos cómo solucionarlas.
Puede que tengamos problemas que nos desbordan, que nos provocan dificultades a la hora de relacionarnos o que hacen que sintamos que la vida ha perdido sentido. O quizás presentemos determinados síntomas (ansiosos, depresivos…) y no sabemos cómo atajarlos.
¿Cual es la diferencia entre Psicólogo y Psiquiatra?
Los psiquiatras son médicos especialistas en trastornos psiquiátricos. Estudian y tratan los procesos biológicos que se relacionan con la salud mental. Intervienen mediante el uso de medicación.
Los psicólogos tienen estudios universitarios en psicología y se dedican a evaluar y tratar los procesos psicológicos que se relacionan con la salud mental y el bienestar personal. En concreto, se centran en el pensamiento, emociones y conducta del sujeto. En psicoterapia, el objetivo es ayudar a la persona a comprender qué le ocurre y gestionar estas tres dimensiones (pensamientos, emociones y conducta) para conseguir mitigar el sufrimiento y lograr un mayor bienestar psicológico.
En ocasiones, psicólogo y psiquiatra hacen un trabajo conjunto, de manera que el primero se encarga del tratamiento psicológico y el segundo, del farmacológico.
¿Cuanto dura un tratamiento psicológico?
Dependerá de cada caso, y se determinará a partir de la evaluación inicial y de la historia de vida del paciente, su motivo de consulta y de los objetivos terapéuticos que se vayan consensuando en la terapia, por lo que la duración del tratamiento vendrá determinada por las necesidades personales y estará marcada por la evolución de cada persona.
¿Cual es la frecuencia de las sesiones terapéuticas?
Dependiendo de las circunstancias, pero la frecuencia inicial suele ser semanal o quincenal, adaptándonos a las necesidades de cada paciente. A medida que la persona va mejorando, se van espaciando las sesiones. Una vez finalizada la terapia psicológica, pueden realizarse sesiones de seguimiento (normalmente a los 3, 6 y 12 meses) para comprobar que los cambios alcanzados se mantienen en el tiempo.